Noticia reportajeada
Actualizada 19:52 h
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Esta misma mañana, la consejera de Educación, Lydia Espina, anunciaba su dimisión (nota prensa Agencia Europa Press, 25/06/25, la carta de dimisión escrita a Barbón puede leerse en El Comercio).
En las últimas semanas, se han venido llevando a cabo diversos intentos (fallidos) de negociación desde la Consejería y los sindicatos (hoy se volverán a reunir a las 16:00 h), concentraciones y manifestaciones.
Desde hoy además, arranca la huelga indefinida para la educación pública asturiana (noticia La Voz de Asturias, por Sergio M. Solís, 2/06/25), después de una manifestación multitudinaria en el día de ayer desde la estación RENFE hasta el parque San Francisco en Oviedo (calle Uría).
La "gota que colmó el vaso" desencadenante de estas protestas fue la decisión anunciada desde la Consejería de aumentar una hora de docencia directa de los docentes en septiembre y junio -suponiendo más carga laboral y restándola para la ingente burocracia solicitada en esos meses, aunque con el mismo cómputo de horas en la jornada total- a partir del próximo curso en infantil y primaria. Medida que fue tomada de manera unilateral, según diversos sindicatos del Principado y que desató un rechazo sindical unánime. Esta decisión perjudicaría a la labor docente, pero también al alumnado que necesita adaptarse al nuevo curso de forma progresiva, especialmente los más pequeños/as y en junio reducir la carga académica.
Dicha decisión se publicó a la par que se anunciaba el aumento del servicio de comedor en ambos meses, algo que ya los sindicatos apuntaban que era perfectamente posible sin necesidad de aumentar la docencia directa (y de hecho hay colegios en Asturias que ya tienen servicio de comedor en septiembre y junio con jornada reducida) y sobre todo, sin despreciar los criterios pedagógicos, pues se llegó a hablar de esta medida como una manera de tener atendidos a niños y niñas más allá de funciones educativas. Incluso desde la Consejería se proponía una solución ante el rechazo desencadenado: que algunos docentes cuidaran esta hora en el patio al alumnado y otros pudieran dedicarse a las tareas burocráticas (y a preparar clases). Algo que puso en evidencia que se estaba poniendo a docentes de "cuidadores" y a los centros educativos como "parkings de niños/as". Pero no es el único motivo por el que a partir de hoy está convocada huelga indefinida en el sector educativo: precariedad salarial (y desigualdad respecto a otras comunidades), falta de reconocimiento profesional-para que se hagan una idea, un docente puede abarcar además de tutorías, coordinaciones de diversos programas, apoyos y otras materias en otras aulas y a otro alumnado del que no es tutor/a, especialistas a los que se les asignan tutorías también sin que sea esa la plaza por la que van al centro, guardias diversas de transporte, entrada/salida, etc, sin que esto sea no solo no remunerado, ni siquiera reconocido profesionalmente de ninguna manera- burocracia innecesaria- por ejemplo, cambios regulares de ley al cambiar el Gobierno que afectan a programaciones enteras que deben realizar los docentes sin que ello suponga en el fondo ningún cambio-, falta de recursos personales para atender a la diversidad del alumnado, bajas que tardan en cubrirse -si se llegan a cubrir en algunos casos con las sustituciones y los perjuicios para el alumnado que ello conlleva- , entre otros muchos motivos. Todo ello ha hecho que en este final de curso 2024/2025 estén saltando chispas presionando para que desde la Consejería se haga algo. El pasado miércoles, 28 de mayo, el presidente del Gobierno, Adrián Barbón, anunciaba la anulación de la decisión de eliminar la jornada reducida.
Por otro lado, dicho malestar afectó a docentes, pero progresivamente, familias con niños y niñas e incluso el Servicio de Inspección Educativa (SIE) han ido desvelando también el suyo con una política educativa que ha llegado a enfermar en los últimos años y mucho. Desde el CSIF (Central Sindical Independiente y de Funcionarios) por ejemplo, se publicaba un artículo titulado "Queridas familias, esta huelga también va por ustedes". En cuanto al servicio de inspección, la noticia del diario El Comercio, entre otros, cuyo titular dice "CCO y UGT tensionan educación: denuncian ante la Inspección de Trabajo el conflicto con los inspectores" (por Olga Esteban, 24/03/25) se hacía eco de que el pasado año, ya diecinueve inspectores e inspectoras del servicio de Inspección Educativa del Principado de Asturias (SIE) trasladaron un escrito al Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Principado de Asturias (SPRLPA) solicitando una evaluación de riesgos psicosociales. En el informe de esta evaluación publicado en enero de 2025, se recoge que se expuso lo siguiente: "Se determina que los inspectores e inspectoras están expuestos a niveles muy elevados de riesgo derivados, entre otros, de los siguientes factores: exigencias para tomar decisiones, aceptar instrucciones o realizar tareas con las que se está en desacuerdo porque suponen un conflicto moral, técnico, legal o emocional. El modelo de gestión de la actividad de trabajo se percibe autoritario, basado en el control, la imposición de criterios y la burocracia".
Necesitamos una educación pública de calidad para todos/as. Con el apoyo de inspectores, docentes, alumnado, familias, sindicatos, se piden soluciones y remedios por la salud educativa de servicio público.