Hoy, la Agencia SINC (Servicio de Información y Noticias Científicas) publicaba la siguiente noticia: "Apps menstruales: mina de oro para anunciantes y riesgo para la seguridad de las mujeres" (por Antonio Villareal, 11/06/25). Dicha noticia se basa en un informe reciente publicado este mismo mes por la Universidad de Cambridge, concretamente por la Dra. Stefanie Felsberger y el Centro Minnderoo para la Tecnología y la Democracia (MCDT), quienes se definen como un equipo independiente de investigadores académicos de dicha Universidad del Reino Unido.
Basta realizar una búsqueda rápida en Internet para encontrar recomendaciones sobre las "mejores aplicaciones para monitorizar el ciclo menstrual" o "registrar tu calendario menstrual". Una buena mayoría de ellas, son apps gratuitas que reciben ingresos con la publicidad y permiten de este modo el acceso a diferentes funcionalidades "de forma gratuita" (aunque a cambio se acepte que se capitalicen los datos, muchas veces sin apenas leer los consentimientos que se aceptan). Además, suelen tener versiones de pago para ampliar dichas funcionalidades y servicios. Entre las que generalmente son gratuitas, se encuentran poder registrar en un calendario los días de regla y seguir así un control de los ciclos, pero también chequear otros datos de la salud íntima y sexual de la mujer: síntomas relacionados con la menstruación, estado de ánimo, incluso actividad física y alimentación, así como otros datos relacionados con la actividad reproductiva. También permiten predecir cuándo te va a venir el período, aunque según el informe citado: "Estudios médicos han demostrado que las apps no calculan con precisión la duración del ciclo ni la ventana de fertilidad"-los días en los que el embarazo es más probable y que coincide con la ovulación y los días en torno a ella-. El equipo de investigadores que ha elaborado el informe, escribe además que "las personas subestiman enormemente el valor comercial de los datos menstruales" y a menudo muestran altos niveles de confianza en este tipo de aplicaciones.
También se recoge que dichas apps están reguladas como dispositivos de bienestar general (enmarcadas en el femtech, tecnología enfocada en la salud femenina), pero "aunque suelen promocionarse como tecnología médica, la mayoría no cumple con los estándares médicos". Asimismo, se expone que en Reino Unido y la Unión Europea existe mayor regulación en materia de protección de datos que en EE. UU., pero muchas veces no se aplica rigurosamente. Esto conlleva que se mercantilice con los datos y se cedan a terceros (Facebook , Google, anunciantes) con fines exclusivamente comerciales. Implica asimismo otros riesgos relacionados con la privacidad y seguridad. Se apunta que en EE. UU. se han utilizado dichos datos incluso en procesos judiciales relacionados con casos de aborto (para restringirlo). Desde el MCDT se pone el foco en la necesidad de "promover una regulación más estricta de los datos de seguimiento menstrual como información sanitaria sensible en EE. UU. y una aplicación más estricta de las normativas existentes en Reino Unido y Unión Europea".
Instan al mismo tiempo a que se vele por mejorar la política de privacidad de estas aplicaciones para que no sea tan opaca y difícil de entender. Declaran que es importante que se informe claramente del intercambio de datos y que la información sea fácilmente comprensible por cualquier usuario.
Por otro lado, hacen un llamamiento para potenciar la alfabetización sobre la salud menstrual y la protección de datos y para desarrollar aplicaciones seguras desde los organismos públicos, poniendo el ejemplo de la organización estadounidense sin ánimo de lucro Planned Parenthood "que ha desarrollado su propia versión de aplicación del seguimiento del ciclo menstrual". Otra cuestión que se destaca es que estos datos son muy valiosos para la investigación médica y sin embargo, la salud menstrual y reproductiva "son áreas muy poco investigadas". Mencionan que algunas de las aplicaciones colaboran con el mundo académico e incentivan a investigar en este ámbito y a implementar más este tipo de colaboraciones cumpliendo con la seguridad y privacidad.
El ciclo menstrual de la mujer
El ciclo menstrual es uno de los ciclos infradianos (mayor a 24 h) que se repite durante toda la etapa fértil de la mujer. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la edad reproductiva de la mujer es la comprendida entre los 15-49 años, si bien hay que tener en cuenta que existen variaciones individuales que se encuentran por debajo o por encima de la media.
La menstruación está regulada por el eje hipotálamo-hipófisis-ovarios y el ciclo comprende dos fases: la fase folicular (comienza el primer día de regla) y la fase lútea (comienza con la ovulación). La ginecóloga Lorena Serrano, quien colaboró en una entrevista para este blog, explica de forma rigurosa y comprensible dicho ciclo en su libro Conócete bien, cuídate mejor (2023). Señala así en sus páginas cómo la progesterona y los estrógenos están en sus niveles más bajos en el primer día de regla y la hipófisis estimula la secreción de la hormona foliculoestimulante (FSH) que irá poco a poco aumentando, así como los estrógenos. Dicha hormona permite la formación de los folículos ováricos, de los cuales solo uno llegará a madurar completamente que llegará a medir unos 20 mm de diámetro (Serrano, p.61).
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Imagen de dominio público. Wikimedia Commons. |
En torno a la mitad del ciclo (día 14 si se toma el promedio de 28 días, aunque esto varía de una mujer a otra) finalizará la fase folicular y dará comienzo la ovulación y con ello la fase conocida como lútea, momento en el que los estrógenos están en su pico máximo. Además, en esta segunda fase se estimula la secreción de la hormona luteinizante (LH) que estimula a su vez el ovario para poder liberar el óvulo a las trompas de Falopio (donde podría producirse la fecundación). Esta liberación dará lugar también a la formación del cuerpo lúteo (o cuerpo amarillo) que producirá la hormona progesterona cuya función principal es preparar al endometrio (parte o membrana interna del útero) para un posible embarazo (entre otras cosas, se engrosa). De no producirse, el endometrio se desprende, la progesterona y los estrógenos bajan y con ello llega el sangrado menstrual (la regla es precisamente el desprendimiento del endometrio, no del óvulo como a veces erróneamente se puede pensar).
Por otro lado, desde UNICEF se facilita en la red una guía para la promoción de la salud e higiene menstrual. Por su parte, desde la ONU, el 21 de junio de 2022, se publicaba una Declaración de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos sobre la salud menstrual que ponía el foco en la necesidad de proteger los derechos de las niñas y mujeres en relación con su salud sexual y reproductiva y superar prejuicios en torno a la menstruación que siguen ocurriendo actualmente en diferentes partes del mundo: aislamiento, mitos infundados y discriminatorios, pero también la falta de agua en las escuelas o instalaciones sanitarias que puede suponer una barrera para que las niñas asistan. Entre las creencias arraigadas y nocivas, están el hecho de pensar que "las niñas están listas para casarse al término de su primer ciclo menstrual", lo cual las expone "a un riesgo mayor de matrimonio precoz y forzado", se apunta.
Para acabar, rescatamos un sumario de la entrevista con la ginecóloga Lorena Serrano.